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17 March 2022

Si ya existe, me gustaría verla

Leo la noticia de la maestra catalana absuelta del delito de agresión a una alumna de 10 años que pintó una bandera española en un trabajo y solo puedo pensar en el pedazo de peliculón que haría con ese material un cineasta de la talla de Asghar Farhadi.

La supuesta agresión no ocurriría en pantalla, por supuesto. 

09 February 2021

Si ya existe, me gustaría verla

Viendo el segundo episodio de It's a Sin, se me ha ocurrido cómo podría ser una película —una secuencia— sobre el VIH al estilo Hitchcock:

Dos personajes que no se conocen entran en la misma discoteca. El espectador sabe que uno de ellos es seropositivo (circunstancia que el propio personaje ignora) y  que el otro —el protagonista—no. Este último —el protagonista— está decidido a ligar esa noche. Vemos cómo fracasa en sus primeros intentos. De pronto (casi por sorpresa para el espectador) se topa con el personaje seropositivo. 

A partir de ese momento, el público se debatirá entre el deseo de que los personajes —tan tan majos los dos— se líen y el miedo a que lo hagan. 

Los personajes conversan. Tienen química. Se gustan. Se van juntos a la casa de uno de ellos. Allí se dan cuenta de que ninguno de los dos tiene condones. ¡Pero se gustan tanto! Para el espectador, el diálogo entre ellos resulta devastadoramente irónico. Se besan, se desnudan y entonces... Elipsis hasta la mañana siguiente. No sabemos qué ha pasado.

En realidad, ahora que lo pienso, más que Hitchcock sería estilo Brian De Palma.

06 February 2020

Si ya existe, me gustaría verla

La película contaría cómo el protagonista se va formando una opinión sobre algo. Solo incluiría escenas que tuviesen que ver con eso. Nada más. No habría tramas paralelas ni subtramas.

La primera escena es una reunión entre amigos en la que se debate el tema en cuestión (por ejemplo: la gestación subrogada). Vemos que el protagonista, a diferencia de sus amigos, no tiene formada todavía una opinión clara. En todas las escenas que siguen vuelve a aparecer el tema: una mañana el prota escucha un debate en la tele, otro día unos compañeros de trabajo lo comentan a la hora de la comida, una noche se entera de que uno de sus amigos está en una situación relacionada con ese tema, el resto de los amigos se posiciona a favor o en contra, él no sabe qué hacer, su postura parece cambiar en función de la persona que tenga delante... Por las reacciones y las intervenciones del protagonista, el espectador podría intuir por qué caminos está yendo su reflexión sobre el tema y cómo va evolucionando. Hacía el final, quedaría claro que el protagonista ya se ha formado una opinión más o menos sólida. En el clímax, toma partido de una forma dramática (no necesariamente en el sentido que habíamos previsto).


Habría que evitar a toda costa caer en el panfleto. El enfoque sería más sociológico que moral.

Posible título: Historia de una opinión



P.D. No he visto la última peli de Amenábar pero igual es un poco así.

06 September 2018

Si ya existe, me gustaría verla

Hace tiempo vi una película que al final se permitía un pequeño engaño al espectador:
El protagonista, después de pasarse toda la peli dando tumbos, llegaba a un punto de inflexión (que llamaremos X) a partir del cual se enmendaba y enderezaba su vida. Esa mejora nos la contaban en una de esas típicas secuencias que condensan un período de tiempo largo con planos muy breves de distintos momentos que va viviendo el protagonista, sin diálogos, con un tema musical abarcándolo todo. Pero cuando parecía que la historia iba a acabar bien, la secuencia resumen cortaba al pasado y volvíamos a ese punto que hemos llamado X. Volvíamos al protagonista todavía en la mierda. Entonces nos dábamos cuenta de que nada de lo que habíamos visto en la secuencia de resumen había ocurrido en realidad ni iba a ocurrir nunca (a juzgar por lo que el prota hacía a continuación). La peli no llegaba a aclarar si ese final feliz alternativo que nos habían enseñado antes de contarnos el verdadero destino del prota era una ensoñación del personaje o no.

Un ejemplo de tiempo condensado: los créditos de Watchmen


Me gustaría ver una peli que hiciese eso de manera sistemática, que nos fuese presentando ramificaciones alternativas de la historia antes de tomar las ramas legítimas. Por ejemplo:
El prota es el típico marginado de instituto. Hacia el principio de la peli tiene que decidir si va al baile de graduación o no. Primero vemos que va al baile, consigue ligar con una chica igual de friqui que él, hacen cosplay en múltiples ocasiones, van juntos a la universidad, se casan, adoptan un perro, disfrazan al perro de Ewok, tienen un hijo, disfrazan al hijo de Darth Vader, tienen una hija, disfrazan a la hija de Han Solo y al perro de Chewbacca, los cinco son felices,... Pero entonces la secuencia resumen corta al momento en que el prota tiene que decidir si va o no va al baile de promoción y esta vez decide no ir, se queda en casa jugando a la Play. El lunes siguiente vuelve al instituto y su vida sigue siendo una mierda: se meten con él, no tiene amigos, la chica friqui está liada con un alumno extranjero de intercambio. Poco después sus padres se divorcian y tiene que decidir si se va con la madre a California o se queda con el padre en Ohio. Decide quedarse con su padre en Ohio, vemos que el alumno extranjero de intercambio y la chica friqui le invitan a una fiesta temática de Harry Potter, en la fiesta hace amigos, empieza a quedar con ellos, fuman porros, van juntos al cine, a convenciones de cómics, suben fotos hilarantes a sus redes sociales, montan un negocio online, triunfan, todos son felices... Pero entonces la secuencia resumen corta al momento en que el prota tiene que decidir si se va con su madre a California o se queda con su padre. Decide irse con su madre...
Y así hasta el final.


El recurso podría tener efectos trágicos o cómicos, según. Y se podría jugar con los destinos alternativos de los personajes secundarios, que iremos viendo también en las secuencias resumen.

08 April 2018

Si ya existe, me gustaría verla

Hacía el principio de Thelma —película que en algún sitio han definido como una especie de Carrie dirigida por Ingmar Bergman— nos muestran, a vista de pájaro, una plaza llena de gente caminando de un lado a otro. Poco a poco (muy poco a poco) la cámara se va acercando hasta que encuadra a la que —comprendemos entonces— va a ser la protagonista de la película. La actriz ha estado ahí en el plano todo el tiempo pero no nos hemos fijado en ella hasta que la cámara se ha acercado y la ha encuadrado.

Ya saben, el conocido efecto «entresacamos a nuestra protagonista de la masa anónima».


Thelma

Todo esto me hace pensar:

Por qué no rodar una película en la que uno de los personajes aparezca al fondo en varias escenas, haciendo cosas que a los espectadores nos pasan desapercibidas porque (1) todavía no nos lo han presentado como personaje, (2) tenemos la atención centrada en otra cosa (en el protagonista, por ejemplo); más adelante ese personaje aparece en el primer plano de la historia como si fuese la primera vez que lo vemos y, hacia el final de la película, hace algo que solo es posible entender si uno vuelve a ver la película y presta atención a lo que el personaje estaba haciendo en las escenas en las que solo salía al fondo.

¿Existe ya alguna película así?


Vestida para matar

Recuerdo que hacia el principio de Vestida para matar, Brian de Palma coloca al fondo de algunos planos a un personaje que luego reaparece más delante, pero al final de la película desvela el truco con un flashback.


La conversación

Lo que yo propongo es que la película no dé pistas de ese tipo, que sea el espectador en un segundo visionado el que diga: «¿Ostras, este tío que está aquí al fondo en las escenas del principio no es el mismo que luego aparece a mitad de película? ¿Y qué está haciendo?»

Como La conversación de Francis Ford Coppola pero con el propio espectador haciendo el papel de Gene Hackman.

21 February 2017

Si ya existe, me gustaría verla

Ayer por la noche en La 2 echaron la adaptación que Eloy de la Iglesia hizo de Otra vuelta de tuerca, la novela de Henry James. Mientras la veía se me ocurrió lo siguiente:

En la novela de James no queda demasiado claro si los fantasmas que ve la protagonista son reales o fruto de su imaginación. Por el contrario, en la película de Eloy de la Iglesia resulta obvio que los fantasmas que aparecen en pantalla están solo en la mente calenturienta y morbosa del protagonista.


Esto me hace pensar que en el cine mostrar al fantasma ya implica, de alguna manera, tomar partido a favor de su existencia. Si podemos ver al fantasma, entonces es que existe, aunque solo sea en la imaginación de uno de los personajes. En cambio, en una novela el que un personaje diga que ha visto un fantasma no implica que el fantasma exista, ni siquiera en la mente de ese personaje, porque siempre cabe la posibilidad de que esté mintiendo.

Y entonces surge la pregunta. ¿Se podría hacer una película de terror en la que el protagonista vea (o diga ver) fantasmas sin que el espectador llegue a verlos nunca? Por ejemplo: el protagonista ve (supuestamente) un fantasma, a los espectadores se nos muestra su reacción en un primer plano pero se nos hurta el consabido contraplano de aquello que está viendo. O también: tenemos el contraplano pero está tan oscuro que es imposible distinguir ninguna figura con claridad. O también: fuera de campo: la cámara deja fuera del plano el punto concreto en el que se supone que está el fantasma.

Queda descartado, por supuesto, que el fantasma mueva cosas, haga ruidos o enfríe el ambiente.