25 August 2013

Fiebre de verano

Esta canción ha resucitado.

El tiburón - Proyecto Uno. 


Y aún a riesgo de que me pierdan ustedes el respeto, he de decir que, salvo el odioso estribillo (odioso, odioso), me parece muy pero que muy efectiva. Sobre todo con los nuevos arreglos, un poco menos salseros y más disco (lo siento, Youtube no me deja colgar la nueva versión). El puente, además, estupendo. Si la pillan los 2manydjs nos la comemos entera con patatas, y sin remordimientos. 

No sé, igual exagero. El calor, ya se sabe.... Menos mal que el verano no dura eternamente.

21 July 2013

Reseña que te reseña: 'Así es la música', de John Powell

Les presento al autor del libro.


John Powell es británico (casi no hacía falta decirlo), tiene un doctorado en Física (esto no es tan evidente) y sabe mucho de música, por eso ha escrito un libro que, en versión original, se titula How Music Works y en versión doblada, Así es la música (así somos los españoles). Británico, físico y músico. John Powell es un señor esdrújulo.  Además, tiene sentido del humor, un sentido del humor discreto y blanco que usa, como buen británico, como quien da los buenos días a un vecino que se encuentra en el ascensor: por educación, o como quien echa azúcar a un nevadito: espolvoreándolo sobre el asunto. John Powell está aquí para enseñarnos cosas pero no quiere ser pesado, ni abstruso, ni solemne. John Powell nos quiere tener contentos.

El libro es este (ya he hablado de él en otra ocasión).


El subtítulo Armonía, tonos, acordes y otros secretos de una buena música le viene grande y la culpa la tiene la palabra 'secretos'. No hay secretos en este libro, ni de la buena música ni del maldito Pentágono. Sólo están los principios esenciales de la música occidental (y unos pocos de la oriental) explicados de tal manera que uno no puede hacer otra cosa que entenderlos. ¿Por qué siete notas musicales? ¿Por qué un modo mayor y otro menor? ¿Por qué si uno sólo toca las teclas negras del piano nunca oirá dos notas que suenen mal juntas? ¿En qué consiste exactamente el oído absoluto? ¿Y el ritmo sincopado? ¿Todos los FA o los DO de la Historia de la Música sonaban igual? ¿En todos los países? ¿Lo hacen en la actualidad? ¿Para qué sirve exactamente un director de orquesta?

No piensen, sin embargo, que el libro es una mera recopilación de curiosidades. En absoluto. No es un tratado tampoco pero sí algo con una cierta consistencia. Digamos que es como un curso sobre música, y cada capítulo, una clase magistral. La comparación no es gratuita, todo en el libro tiene un enorme valor didáctico: los ejemplos, las analogías, los esquemas... Incluso el orden de cápitulos/clases es didáctico: lo que se dice hoy ayuda a comprender lo de mañana.

Y por si aún no la tenían clara, ahí va mi opinión personal razonada:

Es un libro muy interesante que me ha hecho comprender cosas sobre la música que ya conocía pero que nunca había llegado a entender del todo hasta ahora. Con algunas cosas que dice el autor te ríes y con otras te entran ganas de aprender a tocar un instrumento. Lo recomendaría a todo el mundo que no sea músico ya y que esté interesado en la música pero no quiera tragarse rollos sobre teoría musical.

Dedico esta reseña a Amor, la profesora de Lengua más enrollada de Murcia (digo Murcia por acotar un poco sin caer en la exageración). Espero que le guste especialmente el respeto a la clásica estructura tripartita: autor, obra, opinión personal.

14 July 2013

Cerebritos y cerebrotes

Hablemos de los signos "mayor que...", "menor que...". Sí, hablemos de estos dos:


Ahora me parece obvio pero de pequeño tenía dificultades para distinguirlos. Se me escapaba algo tan evidente como esto:


Parece mentira. Con la de Barrio Sésamo que yo engullía...

Pero no debía de ser el único torpe de la clase porque recuerdo que un profesor de Matemáticas nos dio a todos el siguiente truco mnemotécnico: el signo es la punta de una lanza que el más grande de los dos elementos apunta hacia el más pequeño.


Tiene lógica, no se puede negar.

Sin embargo, algo se rebeló dentro de mí (que siempre he tirado a canijo) ante aquello. Vale, que sí, que el pez grande se come al chico. Ley de vida. Crueldad. Pero... ¿y la Justicia? Yo, que siempre me he puesto del lado de la gacela en los documentales, no podía aceptarlo sin más. Y le di la vuelta a la tortilla.

Los signos no son la punta de una lanza, ¡no!, son bocas abiertas y, en este caso, dentro del maravilloso mundo de las Matemáticas, ¡el pez chico se come al grande!


Pues les parecerá una chorrada, pero no se me volvió a olvidar.

Justicia matemática.

03 July 2013

Hunderby, Siglo XIX

Hasta hoy no tenía ni idea de quién era esta mujer:


Julia Davis

Resulta que Julia Davis es la guionista, y una de las intérpretes, de una serie llamada Hunderby. Inglesa. Estrenada en 2012. Ocho episodios. 

Transcurridos 10 minutos del primer episodio aparece Julia Davis en pantalla, con estas pintas...


... e inmediatamente la serie pasa a convertirse en mi serie favorita de la temporada. Así de rápido.

¿De qué va Hunderby? Pues el primer episodio (el único que he visto de momento) es una especie de parodia de Jane Eyre y de su recreación veintechera: Rebeca. Parodia, sí. La mayoría de los diálogos y de las situaciones no desentonarían en El jovencito Frankestein. Julia Davis interpreta a un ama de llaves igual de perversa que la Mrs. Danvers de Rebeca pero mucho mucho más divertida. También hay guiños a Cumbres borrascosas (se intuye que en el futuro habrá más) y a Middlemarch, todas ellas novelas escritas por mujeres.

Y es que quizá hacía falta una mujer para hacer algo así, con esos referentes. Y si no, véase también la obra de Kate Beaton, otra que tal baila.

27 June 2013

Canciones que deberían ser más conocidas (IX)



Esta canción habría que aprendérsela de memoria y estudiarla. ¿Cuántas veces interviene la flauta? ¿En qué momentos lo hace el órgano? ¿Qué papel desempeñan los platillos de la batería? ¿Cuántos riffs de guitarra y bajo se superponen? ¿Suena una pandereta? ¿Una caja china? ¿De qué color es la armonía de las voces en los coros? Esta canción no sólo es música, también es arquitectura. Y no está hecha para poner de fondo, no, está hecha para ser recorrida.

26 June 2013

La realidad oculta

Cada vez que oigo la palabra asbestos me siento mal, como si fuese el detonante de una orden posthipnótica. Hay un pequeño punto en mi cerebro que cede cuando la oigo, una ligera presión, un escalofrío que se prepara pero no acaba de llegar. Me paso varios minutos repitiéndola... asbestos, asbestos... y entonces sé que ya no voy a dormir bien esa noche.


El problema es que no creo en ella, no creo que sea una palabra de verdad. Tengo la sospecha de que yo mismo la he inventado durante un sueño. Recuerdo haber soñado con ella. Por eso, que aparezca periódicamente en el mundo de la vigilia sólo puede ser un desliz en el trazado de las fronteras, o una advertencia.

20 June 2013

De docentes, decimales y armonía

De pequeño se me daban fatal las divisiones con decimales. Me habían enseñado un millón de reglas sobre comas que se desplazan y ceros que aparecen de la nada dependiendo de si los decimales aparecen en el divisor o en el dividendo y de cuántos decimales aparecen en cada uno de ellos. Un lío, vamos. Y yo sudaba, sufría y desesperaba.


Hasta que un buen día, de manera fortuita, se me presentó delante la clave de la cuestión: si se multiplican los dos términos de una división por el mismo número, el resultado sigue siendo el mismo. ¡Tate!, me dije. Para librarme de las comas en una división basta con que multiplique los dos términos por 10, 100, 1.000... (un uno seguido de tantos ceros como decimales haya) y, cuando ya no tenga las comas, sólo tengo que dividir los términos normalmente, como hago siempre. A partir de ese día, no hubo división con decimales que se me resistiera.


Un buen profesor me habría dado la clave. Pero los buenos profesores escasean. Y fracasar es fácil.

Uno de mis mayores fracasos como profesor particular, por ejemplo, fue mi total incapacidad para hacer entender a una alumna de 14 años que no podía sumar las fracciones a las bravas (denominador + denominador, numerador + numerador) sino que tenía que reducirlas a un denominador común.

Ay, todavía me duele. Tendría que haber recurrido a tartas, naranjas, pizzas, no sé... Pobrecilla, mi alumna.

Pues bien, todo esto viene por lo siguiente: John Powell es el profesor de música que siempre quise tener y nunca tuve.


Adoro este libro.